jueves, 26 de mayo de 2016

¿Qué es para ti un amanecer?

       QUÉ SIENTO CUANDO VEO UN AMANECER

¿Cómo expresar la belleza del momento? Dudo que haya un conjunto de palabras para hacer sentir a nuestros lectores las sensaciones que nos puede llegar a producir tal evento y cómo ese momento se queda grabado en nuestra retina de por vida. Lo extraño es que todos en algún momento determinado hemos visto algún que otro amanecer, pero nadie valora ese ritual con el que la naturaleza nos obsequia todos los días del año. Es algo mágico, diría yo, pero también es cierto que si la mayoría de nosotros sacáramos a pasear más a menudo nuestra parte más sensible y espiritual, tal vez seríamos capaces de disfrutar con algo único, espectacular y totalmente gratuito, lo cual es raro hoy en día, para los tiempos que corren.
Cuando levantas la mirada hacia ese amanecer, no puedes dejar de sentirte pequeño y maravillado ante tal visión. Admirando cómo emerger del basto horizonte esa esfera, saliendo con un juego de luces y sombras que se entremezclan, haciendo que parezca un espectáculo de un importante musical, quedando nuestras miradas anonadadas observando cómo despuntan los primero rayos de luz blanca y pura, casi cegadora, sobre el horizonte, emergiendo en su subida. Sus tonos cambian de color, yendo del naranja al amarillo más claro, para terminar viendo cómo esa esfera radiante va iluminado a su paso la oscuridad que ha reinado durante ocho, nueve o diez horas y cómo se va desprendiendo en su ascenso de ese camisón degradado de tonos anaranjados y rojizo, cual rey que se eleva en su trono. Un abanico de colores rosados y violáceos se forma a su alrededor, mientras majestuoso, emerge de su lecho donde ha reposado mientras su compañera, la luna, hace su guardia.
Independientemente del sitio donde se vea, tanto en el mar como en la tierra, este espectáculo es algo que sobrecoge en la mayoría de los casos, dejando muda a su audiencia, y es en esos momentos de silencio sordo cuando te embebes de la belleza del momento. Abstraído, ves cómo el poderos astro coge su lenta ascensión hacia el cielo, disfrutando de los distintos tonos de luces que surgen y se entremezcla en el proceso, como si de un baile se tratara. Desde el mar, no podemos dejar de admirar cómo el agua varía su color en el proceso, despertando con ello al nuevo día, llenando de luz nuestro mundo.
 Pero lo más inquietante y tal vez difícil de describir son las sensaciones que nos hace sentir a los seres humanos. Aunque el espectáculo es igual para todos aquellos que han visto un amanecer, no todos lo perciben de la misma manera. Un alma sensible vera el renacer de este astro como algo espectacular, algo que le llena de energía, algo que traspasa su alma, inundando cada molécula con su luz para llegar a ser bañado en esa energía apabullante que recorre todas las terminaciones nerviosas del cuerpo, llenándolas con tal fuerza que sientes que puedes volar. Puedes percibir cómo tu espíritu entra en conexión con esa luz que desprende tal potencia que en ese momento eres capaz de enfrentarte a todo lo que te venga, porque la luz de tu interior es la del mismo astro que tienes en el cielo. Puedes llegar a sentir que tal luz te trasporta, y eleva cada célula de tu cuerpo, liberándote del peso para convertirte en energía. Una energía que fluye alrededor de esa magnífica esfera que todos los días, puntualmente, hace su aparición para calentar nuestros cuerpos, pero también nuestras almas.
  Solo me queda recordarles que:
                  “CADA AMANECER LLENE DE LUZ SUS VIDAS”



                                                                                   

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